Los últimos sondeos daban como ganador al izquierdista Gabriel Boric, aunque el resultado parece cerrado

Chile entró en su última semana de campaña electoral con miras a la segunda vuelta de las elecciones presidenciales que disputarán dos candidatos con visiones de país totalmente opuestas: el diputado izquierdista Gabriel Boric y el abogado ultraderechista José Antonio Kast.

Más de 15 millones de chilenos y chilenas están convocados a las urnas el próximo domingo, 19 de noviembre, para votar en una de las elecciones presidenciales más inciertas desde el retorno a la democracia por candidatos al margen de los partidos tradicionales que gobernaron al país durante las pasadas tres décadas.

Los últimos sondeos publicados antes de la veda electoral que entró en vigor hace poco más de una semana daban como ganador al exlíder estudiantil Boric (35 años), aunque expertos consideran que el resultado será cerrado.

Kast (55 años) ganó la primera vuelta del pasado 21 de noviembre con el 27,9% de los votos, frente al 25,8% de los votos obtenidos por Boric. Menos de la mitad (47,6%) de los electores convocados a votar acudieron a las urnas entonces.

Como dato histórico, desde 1999 quien saca más votos en primera vuelta es quien llega al Palacio La Moneda (sede de Gobierno).

Tras los resultados, Kast, candidato del ultraderechista Partido Republicano, logró reunir rápidamente el apoyo de la derecha oficialista —cuyo candidato, Sebastián Sichel, quedó cuarto en noviembre— y sumó a su campaña rostros conocidos y respetados como la subsecretaria de Salud Pública, Paula Daza, o la alcaldesa del capitalino barrio de Providencia, Evelyn Matthei.

Boric, candidato del izquierdista Frente Amplio, consiguió los apoyos de los partidos de la antigua Concertación —la alianza de centroizquierda que lideró el país entre 1990 y 2010—, entre ellos la Democracia Cristiana y el Partido Socialista, y tambíen obtuvo el espaldarazo del expresidente Ricardo Lagos.

Moderación tras la primera vuelta

Conscientes de la fragmentación parlamentaria y de que más del 30% del electorado optó por opciones más moderadas en primera vuelta (Sichel; el liberal Franco Parisi, la demócrata cristiana Yasna Provoste, el progresista Marco Enríquez-Ominami), ambos candidatos tuvieron que templar sus discursos para acercarse al votante de centro.

Kast, quien reivindica la dictadura de Augusto Pinochet, defiende el modelo económico neoliberal instalado por el régimen y es partidario de la mano dura contra la migración y la violencia, partió prometiendo una bajada drástica de los impuestos pero luego enmendó su programa de gobierno y dijo que lo hará “de manera gradual”.

También se retractó de su propuesta de eliminar el Ministerio de la Mujer —tema con el que levantó una gran polémica— y aseguró que no combatirá eventuales proyectos de aborto libre.

“Yo soy una persona profundamente democrática y si el Congreso dicta una ley, no voy a trabajar para retirarla”, sostuvo la semana pasada, en el primer debate presidencial de cara a la segunda vuelta.

También restó importancia a su deseo de retirar a Chile del Consejo de Defensa de Derechos Humanos de la ONU, algo que previamente había defendido fervientemente, y que ahora aseguró que “se está evaluando”.

Sus referentes, sin embargo, siguen siendo Donald Trump y Jair Bolsonaro, además de Pinochet, y mantiene su intención de reclamar para sí mayores poderes en caso de Estado de Excepción.

Boric, en tanto, ansía un Estado de bienestar parecido al europeo, con acento feminista y ecologista, y en las últimas semanas puso más énfasis en temas de seguridad pública, tras haber sido criticado por no hacerlo antes.

Por ejemplo, cambió durante el último mes su punto de vista respecto a algunas de sus ideas insignes como indultar a los manifestantes detenidos durante el estallido social de 2019, algo a lo que ahora se opone parcialmente.

También fue diferente su tono a la hora de condenar los disturbios durante las protestas: “Creo firmemente que la violencia no es el camino, la violencia de quienes creen que quemando iglesias o realizando atentados van a lograr algo“, dijo.

Independientemente de la moderación de las últimas semanas, el futuro presidente encabezará el Gobierno más izquierdista desde Salvador Allende (1970-1973) o el más derechista desde Pinochet.

¿Qué harán los votantes del ‘criptocandidato‘?

La gran incógnita es por quien votarán en esta segunda vuelta las casi 900.000 personas que dieron en primera vuelta su confianza al liberal Franco Parisi, un economista que sorprendió al quedarse con el tercer lugar en la primera vuelta a pesar de nunca haber pisado el país y haber hecho campaña solo por YouTube y redes sociales.

Los expertos aseguran que Parisi y su Partido de la Gente (PDG) consiguieron captar el voto castigo y el perfil de su electorado es gente joven, mayoritariamente del norte del país, más antisistema que izquierdistas o conservadores.

Una encuesta hecha antes de la primera vuelta indicó que los votos de sus simpatizantes se reparten más o menos a partes iguales entre Boric y Kast, aunque el 80% de los votantes de Parisi no se identifica con ninguna postura política.

En busca de esos votos, Kast acudió al programa de YouTube en el que Parisi hace campaña, donde contestó preguntas de los partidarios del economista.

Boric, sin embargo, rechazó una invitación al programa debido a que Parisi tiene una orden de arraigo en su contra desde agosto de 2020 por no pagar más US$ 260.000 dólares en pensiones alimentarias a sus hijos, que podría costarle la libertad si pisa el país.

Además, agregó que no iría por cuestionamientos que enfrentan los líderes del PDG sobre el destino de donativos de campaña que les hicieron seguidores y que supuestamente terminaron en las cuentas bancarias personales de algunos de ellos.

FORBES STAFF / AGENCIAS