No hay favoritos pero sondeos indican que comicios podrían definirse entre izquierda o ultraderecha
Unos 15 millones de chilenos y chilenas están convocados a votar este domingo por el sucesor del presidente Sebastián Piñera, en unas elecciones sin ningún candidato favorito a la vista, aunque las poco fiables encuestas que han medido las preferencias del electorado sostienen que los comicios podrían definirse entre dos caras opuestas: o la izquierda o la ultraderecha.
Los centros de votación abrieron a las 8:00 locales y una de las primeras figuras públicas en ir a votar fue el presidente Sebastián Piñera, quien exhortó a los ciudadanos y ciudadanas a que “vengan a votar tranquilos, vengan a votar seguros” que los colegios electorales cumplen con todos los protocolos sanitarios por pandemia.
“Vamos a tener elecciones limpias, transparentes, democráticas, pacíficas”, continuó el mandatario, “demos una vez mas un ejemplo al mundo entero de cómo funciona la democracia en Chile”.
Tres candidatos y una candidata destacan entre quienes tienen más posibilidades de ganar la primera vuelta de este domingo y el consenso general es que la presidencia se definirá en segunda vuelta, el próximo 19 de diciembre.
Las encuestas utilizadas en el país, que gozan de poco prestigio por haber arrojado resultados contrarios a lo pronosticado en las últimas citas electorales, destacan a dos candidatos como los principales en esta fase: el diputado y exlíder estudiantil de izquierda Gabriel Boric, y el exdiputado y veterano líder de la ultraderecha, José Antonio Kast.
En segundo plano, la única mujer en contienda, la senadora demócrata cristiana Yasna Provoste, y el exministro cercano al oficialismo, Sebastián Sichel.
Otros tres candidatos, el ultraizquierdista Eduardo Artés, el progresista Marco Enríquez-Ominami y el liberal Franco Parisi tienen menos probabilidades de quedar en los primeros puestos, según los sondeos.
Sichel era la carta principal de la derecha al inicio de la campaña, pero una serie de errores y un pasado como cabildero a nombre de empresas le costó el apoyo del sector más conservador, que tras haberse comprometido a respaldarlo lo abandonó y abiertamente declaró su apoyo a Kast.
El próximo presidente o presidenta de Chile tiene importantes tareas: pacificar el país tras el violento estallido social de 2019, someter a votación la aprobación o rechazo de la nueva Constitución y ponerla en vigor en caso de que sea aprobada.
Además, el año próximo deberá enfrentar una fuerte caída en el crecimiento económico pronosticado, de poco más del 2%, y una inflación que podría rondar el 5%.
“El futuro de Chile está en las manos de cada una y cada uno de ustedes. Juntas y juntos recuperaremos la paz, la unidad y sanaremos a Chile de sus heridas”, dijo la candidata Provoste, haciéndose eco de uno de los reclamos más escuchados entre los ciudadanos: paz.
Es que desde el estallido social de 2019 pequeños grupos de encapuchados antisistema, inconformes con el proceso constituyente acordado para pacificar al país y acabar con las protestas, se han dedicado casi semanalmente a destrozar e incendiar propiedad privada en el centro de Santiago tras violentas manifestaciones.
“Quiero que mi país recupere la paz que había hace dos años. Todos los países necesitan cambios, pero hay que hacerlos de manera pacífica“, dijo a EFE Mauricio Lagos, para quien el llamado estallido social fue “demasiado violento”.
“Voy a votar porque quiero un cambio, pero con seguridad, quiero poder salir a la calle tranquilo. El país está patas arriba”, agregó José Vargas, un trabajador del aeropuerto capitalino.
Otros ciudadanos ven el estallido social como algo necesario luego de años exigiendo reformas que nunca llegaron, en uno de los países con más desigualdad de Latinoamérica —según la OCDE— poca movilidad social y bajos sueldos para pagar servicios básicos privatizados como la salud, la educación y las pensiones.
Boric es el aspirante a La Moneda que más canaliza los cambios demandados en las protestas. “La dignidad para todas las personas no puede esperar y hoy tenemos en nuestras manos la oportunidad de avanzar en derechos sociales“, ha dicho en sus redes sociales. “Tenemos esperanza que este domingo seremos gobierno y desde ahí protegeremos los cambios“.
Kast, por su parte, es quien se opone a los cambios —rechaza la Constituyente— y quien ha capitalizado el rechazo a la violencia, ofreciendo mano dura contra el desorden.
“Este 21 de noviembre los chilenos tenemos el deber de defender nuestra patria y el derecho de elegir la libertad, para recuperar la paz, el orden y el progreso que nos llevará a un mejor futuro”, sostiene.
Sichel, por otro lado, también enarbola la bandera de la seguridad y el orden, pero a diferencia de Kast —quien, por ejemplo, reclama para sí el poder de detener personas sin cargos y en cualquier lugar no destinado a detenciones durante un Estado de Excepción— defiende que se siga el orden legal vigente.
“No creo que tengamos que retroceder 40 años para tener seguridad y orden o controlar la violencia, ni retroceder en los derechos o libertades que ya ganamos”, ha dicho el candidato.
Además de los 14,9 millones de electores convocados a votar en 2.800 locales en Chile, más de 71.000 electores podrán votar 113 locales en el extranjero.
También se votará por diputados, senadores y consejeros regionales.
Los centros de votación deben cerrar a las 18:00.
Los resultados de las elecciones deberán conocerse en torno a las 21:00 locales.
Esta será la cuarta votación nacional que Chile celebre en pandemia, tras el Plebiscito Constitucional de 2020, y la elección de los convencionales constituyentes y las primarias presidenciales, ambas celebradas este año.
FORBES STAFF / EFE