Los mega sufragios en Chile el pasado fin de semana que dieron por grandes ganadores a las listas independientes, generaron un impacto en los históricos partidos políticos, tanto de izquierda como derecha, quienes comenzaron a subir y bajar candidaturas en una jornada caótica, para definir los personajes más fuertes que irán a las primarias presidenciales durante una jornada caótica, previo a la inscripción en el Servel.

Los mega sufragios en Chile el pasado fin de semana que dieron por grandes ganadores a las listas independientes, generaron un impacto en los históricos partidos políticos, tanto de izquierda como derecha, quienes comenzaron a subir y bajar candidaturas en una jornada caótica, para definir los personajes más fuertes que irán a las primarias presidenciales durante una jornada caótica, previo a la inscripción en el Servel.

En estas elecciones primarias, la ciudadanía escogerá quiénes llegarán a las elecciones finales el 21 de noviembre de este año, para elegir al próximo liderazgo del país en el período 2022-2026.

La coalición del oficialismo agrupó a cuatro partidos políticos desde la centro derecha y derecha: Joaquín Lavín irá por la Unión Demócrata Independiente (UDI), Mario Desbordes por Renovación Nacional (RN) y por el Partido Regionalista Independiente (PRI), Ignacio Briones por Evópoli y Sebastián Sichel de forma independiente.

La dramática performance de la oposición

Todo comenzó el lunes con la puesta en duda candidatura de la democrata cristiana (DC), Ximena Rincón, a raíz de la positiva arremetida de su par en las encuestas, la presidenta del Senado, Yasna Provoste, tras liderar el acuerdo con el oficialismo de incluir “mínimos comunes” para la ciudadanía, en medio de la crisis pandémica y social.

Si bien Provoste señaló en repetidas oportunidades que ella no sería candidata presidencial y que la opción del partido seguía siendo Rincón, en medio de la junta nacional de la DC -que se realizó de forma online-, el entonces presidente del partido, Fuad Chahín -el único DC que logró un cupo en la Convención Constituyente- llamó a la parlamentaria para saber su disponibilidad a liderar la carta presidencial.

Sin embargo, Provoste golpeó la mesa en medio de la junta nacional y develó la crisis dentro del partido, considerando que más de 100 personas de la DC señalaron no apoyar a Rincón.

“Hace unos minutos he recibido un llamado del presidente de la Democracia Cristiana, quien me ha consultado mi disponibilidad para participar de alguna primaria, de manera de que la Junta Nacional pueda resolver entre la Senadora Rincón y yo. Creo que este llamado no hace más que constatar la total pérdida de sentido y conexión con la realidad que la actual dirección de la Democracia Cristiana ha demostrado, y que tiene un punto culmine en el desastroso resultado electoral del fin de semana recién pasado, el cual los mismos dirigentes intentan disfrazar”, dijo Provoste en un punto de prensa.

Las incendiarias palabras de la senadora provocaron que Chahín renunciara a la presidencia de la DC, y más tarde, que Rincón decidiera bajar oficialmente su candidatura, lo que dejó al partido sin propuesta presidencial.

Pero la teleserie de la DC fue sólo el comienzo de una polémica actuación de la oposición, a sólo horas de que se terminara el plazo de inscripción de las primarias presidenciales en el Servel.

La nueva alianza de izquierda que duró sólo dos horas

Durante la mañana del miércoles, bajaron sus candidaturas presidenciales el diputado Pablo Vidal (Nuevo Trato) y el líder del Partido Por la Democracia (PPD), Heraldo Muñoz, para respaldar a la candidata del Partido Socialista (PS), Paula Narváez. Mientras que el candidato Marcelo Díaz, depuso su candidatura para apoyar al diputado presidenciable del Frente Amplio, Gabriel Boric.

Así, por algunas horas, se aseguró que irían a primarias el 18 de julio el candidato del Partido Comunista (PC), Daniel Jadue, el de Convergencia Social y Frente Amplio, Gabriel Boric y la socialista Paula Narváez, generando una nueva alianza de izquierda, y rompiendo la histórica relación entre el PS y la DC: la Concertación.

Sin embargo, dado los nuevos apoyos que logró Narváez durante la jornada (Nuevo Trato -ex Frente Amplio- y PPD), Jadue y Boric no accedieron a incluirlos en las primarias, por lo que Narváez declinó ir a la batalla con ellos.

Con ello, la oposición sólo logró inscribir en primarias presidenciales a Jadue y Boric, mientras que Narváez llegará a competir directamente en las presidenciales de noviembre.

“Lamentablemente nuestros esfuerzos honestos, anclados realmente en el interés superior del país de construir unidad, se la ha farreado el Frente Amplio y el Partido Comunista. Hemos sido notificados de un veto a quienes han apoyado hoy día mi candidatura. Son ellos los llamados a explicar por qué hablan de la unidad y luego no la practican. (…) Ellos se han farreado esta oportunidad y no dan garantías de gobernabilidad para Chile, porque se necesita seriedad, honrar la palabra, ser transparentes y tener el mismo discurso en lo privado y en lo público para dar garantías al país”, dijo la candidata socialista.

Más tarde, Provoste volvió a reafirmar que, por ahora, no está disponible para ser la candidata presidencial de la DC: “Tengo la convicción que la oposición requiere unidad de propósitos y eso no se logra con improvisación, sin ser capaces de construir un programa común. A eso debemos abocarnos. Estaremos siempre disponibles para aportar en ese propósito, pensando siempre en el bienestar de Chile”, señaló.

Los cruces entre el Partido Socialista, el Partido por la Democracia, el Partido Comunista y el Frente Amplio continuaron este jueves.

Jadue respondió a los emplazamientos del PS y dijo que “nosotros intentamos hacer una unidad amplia. No creemos en los vetos, pero creemos en los compromisos honestos, en un programa verdadero y honestamente compartido, y por lo tanto creo que lo que pasó ayer es sin duda una muestra de que algunos que quieren hacer giros estratégicos para recuperar su identidad aún no lo tienen internalizado y decidido”.

Sin duda este es el primer capítulo de una serie que los mismos políticos chilenos catalogaron como “El Bochorno de la Oposición”.