La directora de cine es parte de "Los 50 chilenos más creativos", un listado que busca destacar el talento chileno en las industrias culturales y creativas.
Desde niña Maite Alberdi tenía interés en la escritura, la fotografía y el arte en general. De inmediato se dio cuenta de que el cine reunía todos esos intereses, pero salió del colegio y vio que en Chile no había una industria audiovisual lo suficientemente desarrollada y valorada que le hiciera sentir que de verdad pudiera dedicarse a eso. Sin embargo, apostó sin pensar mucho en el futuro y hoy es una de las directoras de cine chileno más reconocidas internacionalmente, nominada a los Óscar y ganadora del premio Goya a la mejor película iberoamericana por su más reciente documental, “La Memoria Infinita”.
“No tenía tan claro en qué iba a desembocar esta necesidad creativa en términos laborales, esa fue la apuesta, era un interés sin la certeza de que pasaría”, dice en entrevista con Forbes.
En la universidad fue descubriendo justamente que el cine documental era lo que realmente le hacía sentido y que había historias de la realidad que eran mejores que la ficción. “Eso quería hacer. Hay tantas historias que contar, tantas experiencias que compartir, tantas temáticas sociales a las que darles visibilidad y entendí el cine como una herramienta de regalar imágenes a problemas sociales que a veces no vemos”, resalta.
La directora es muy consciente de que para vivir del cine, siendo de Latinoamérica, se necesita el financiamiento extranjero y trabajar fuera de la región. Y ahí subraya que los gobiernos locales tienen todavía deudas grandes con la cultura porque, de lo contrario, no se puede construir una industria cinematográfica de manera sólida y constante.
No le gusta mucho usar la palabra “suerte”, pero sí, reconoce que ha tenido un poco de suerte. Alberdi ha trabajado intensamente junto a un equipo, y con cada película ha dado un paso más en la industria del cine internacional, pero tuvo que construir y recurrir a redes fuera de Chile para lograr el financiamiento que necesitaba. “Entonces, sí, me considero con suerte de haber logrado establecer esas redes internacionales para crear cine desde Latinoamérica”.
Alberdi ha participado en la realización de más de diez producciones cinematográficas, y ha sido reconocida internacionalmente por sus documentales “La once”, nominado al premio Goya a la mejor película iberoamericana y “Los niños”, por la que obtuvo el premio a la mejor dirección femenina documental en el Festival Internacional de Cine Documental de Ámsterdam, el más importante del mundo en su género.
“El agente topo” fue nominado al premio Óscar al mejor largometraje documental y al premio Goya a la mejor película iberoamericana; y “La memoria infinita” estuvo nominado al premio Óscar al mejor largometraje documental y resultó ganador del premio Goya a la mejor película iberoamericana.
“Lo que más valoro de eso es que a mi me regale la posibilidad de seguir filmando mi estilo de películas, porque, con lo que me gusta hacer y la forma en la que a mí me gusta hacerlas, he logrado esos premios y las nominaciones. No tengo que transar en mi estilo y en mi forma, sino que desde mi forma creativa puedo llegar”, indica.
Hoy también ve una industria del cine más diversa, con otro tipo de contenidos, otro tipo de estética del mundo documental y mucho más abierta, pues documentales en español están nominados hoy a categorías en las que antes sólo tenían protagonismo los que eran filmados en inglés. “La Academia se ha ido abriendo a entender que no vale la apropiación cultural hoy en día”, finaliza.