Aunque nunca ha querido ser la voz de nadie más, es referente feminista y de la lucha social

A los nueve años de edad, Norma Monserrat Bustamante Laferte decidió que quería ser cantante. Era la primera vez que subía a un escenario junto a una banda y se sintió feliz. Quería hacer música. “Ahí empezó todo”, recuerda. Treinta años después, conversa con Forbes desde México —donde reside desde 2007— como la artista chilena más nominada a los Latin Grammy y la cantante con mayor número de ventas en la era digital de Chile y de Latinoamérica, con más de 1.500.000 copias digitales de sus siete álbumes de estudio y uno en vivo.

En noviembre de 2022 recibió su segunda nominación a los Grammy 2023 en la categoría “Mejor Álbum de Rock Latino o Alternativo”, por su disco “1940 Carmen”. En Los Latin Grammy ha recibido 14 nominaciones y ganado cuatro veces.

Y sí, Mon siente que su corazón sonríe cuando mira hacia atrás y recuerda que durante sus inicios, mientras estaba en el programa de televisión chileno “Rojo”, algunos la catalogaban de “flaite” porque venía de una zona pobre de Viña del Mar. Pero no se siente exitosa ahora por el número de seguidores en redes sociales o ventas alcanzadas. “Debo decir que esa niñita de nueve años se sentía súper feliz en el momento en el que empezó a dedicarse simplemente a cantar y desde el momento en que mi única actividad era hacer música y me pagaban por hacerlo, entonces yo creo que toda mi vida me he sentido muy exitosa y muy feliz”.

¿Por qué decidiste dejarlo todo en Chile e irte a México? ¿Crees que Chile no valoró en ese entonces tu talento?

No creo que Chile no valorara el talento, más bien creo que eran muchos microfactores que se acumulaban. Para mí era mucho mejor estar fuera de Chile en ese momento. Ahora, hay que entender el contexto del país. Estamos hablando de que yo salí en el año 2007, que era un país muy distinto al que es hoy. Yo soy de población, de clase trabajadora y de provincia, y llegué a la capital con una oportunidad. La televisión era para mí la salvación a todos mis males, pero me encuentro con un panorama bien distinto al que yo me imaginaba, que era poder desarrollarme musicalmente, me vi estancada. Se me tachaba de que era ‘la flaite’ y que no merecía estar en la televisión, que no merecía nada. Me acuerdo mucho de una vez que llamó por teléfono una señora y dijo que me encontraba demasiado flaite, que no tenía que estar ahí. En la televisión hubo momentos lindos que agradezco, aprendí mucho de mis compañeros, de lo que es la televisión en vivo, pero, más allá, no podía seguir artísticamente creciendo, ni explorando, porque antes se dividía mucho. En Chile era como los rockeros, los músicos en serio y los de la tele, que eran los no en serio. Entonces sentía que saliendo del programa iba a quedar todo en el aire, pero tampoco es que lo tenía tan claro, era muy joven, tenía 23 años.

La decisión de irme a México en realidad fue porque varias personas conocidas me dijeron que se venían a vivir a México y yo dije ‘ah, bueno, yo también’. No lo pensé mucho, esa cosa hermosa que te da la juventud de la aventura y el poco miedo”.

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¿Qué tipo de música escuchas?

Escucho de todo. Soy súper melómana. Me gusta oír música a veces en la noche, antes de quedarme dormida, mis audífonos para escuchar la mezcla, los arreglos. Me encanta oír música antigua y también estoy oyendo todo el tiempo los últimos lanzamientos en español o en ingles, música del mundo.

– ¿Cómo es tu proceso creativo para componer y cuál es la canción o las canciones que recuerdas con especial cariño u odio por el momento que significan para ti?

Para mí componer es todo un viaje y cada vez lo disfruto más. Me desconecto literal. Dejo el teléfono, dejo todo. Me he dado cuenta de que mientras me alejo más de la tecnología puedo escribir mejores canciones. No es que no me guste, me encanta, y uso internet y uso todo lo que tenga a la mano, pero también para poder escucharme yo y entenderme necesito desconectarme de lo demás. Siempre escribo acerca de mis experiencias, que es lo que más conozco, a mí misma, creo yo, entonces escribo sobre lo que veo, lo que vivo, lo que siento. No sé escribir de otra manera, porque si no siento que, de alguna manera, estaría mintiendo. No sé hacer ficción, no sé hacer eso. No digo que la gente que escriba ficción esté mintiendo, sino que es otra forma. Con respecto a las canciones, no odio ninguna de mis canciones, a todas las amo mucho mucho, pero hay unas que me marcan más que otras, por ejemplo. El cristal, se la escribí a mi abuela cuando falleció y tuve que despedirme de ella a través de un cristal; Pa’ dónde se fue, que es una carta a mi padre; una de las ultimas canciones de mi álbum SEIS se llama Te vi, que le escribí a mi mamá.

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“No soy la superheroína que va a ir a hablar por todas las que no pueden, porque aparte yo siento que todas podemos hablar hoy. Existen las redes, todos tenemos la posibilidad de expresarnos”.

Es como un te amo, mamá, te perdono, o no te perdono, porque no me gusta decir que perdonas, porque te pones sobre alguien, pero es como ‘mamá, te entiendo’.

-Eres una de las mujeres más influyentes no solo en Chile, sino en la región, y has usado ese poder para expresar las desigualdades que sufrimos. Ese es el verdadero poder, ¿no? Alzar la voz por un cambio.

Yo creo que el movimiento feminista es súper poderoso y creo que estamos aprendiendo, o yo estoy aprendiendo, que en colectivo es mucho más fuerte que individual. Todas somos protagonistas de este movimiento que estamos aprendiendo día a día todas y todos, o desaprendiendo también de algunas conductas.

Ahora, yo nunca he querido ser la voz de nadie. Y esto va a sonar muy poco inspirador, pero yo simplemente cuando hablo de algún tema no lo estoy haciendo por nadie realmente, lo estoy haciendo por mí, por lo que yo siento, por mis experiencias y por lo que veo y lo que me tocó vivir. Entonces, no soy la superheroína que va a ir a hablar por todas las que no pueden, porque aparte yo siento que todas podemos hablar hoy. Existen las redes, todos tenemos la posibilidad de expresarnos.

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Has dicho que ahora que eres mamá te sientes más hermosa, a lo natural. ¿Cómo influye la maternidad en tu proceso creativo?

Ha cambiado toda mi vida. La maternidad me cambió todo. Me siento profundamente feliz y, a veces, me siento cansadísima; a veces me siento hermosa y otras veces me siento horrible; ha influido mucho en la creación también, en la manera de hacer música, de enfrentar el arte, el día a día. Es un viaje y estoy en él, todavía.

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